Al dar el Grito de Independencia, Miguel Hidalgo tomó como estandarte del movimiento insurgente una imagen de la Virgen de Guadalupe, que adoptó como bandera; durante los once años que duró el movimiento, se usaron varias imágenes, pero predominó el emblema del águila y la serpiente, que representaban las dos fuerzas: la celeste, con el sol y el águila; y la terrestre, con la serpiente.
Al ser promulgado el Plan de Iguala, que marcó el fin de la lucha, se unieron las tropas de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, y se creó el Ejército Trigarante, para el que se decidió adoptar una nueva bandera, buscando que ésta representara los ideales del movimiento insurgente.
Fue a José Magdaleno Ocampo, sastre de Iguala, a quien se encargó la confección del lábaro del México independiente, presentando un modelo de tres franjas diagonales con los colores y orden: blanco, representando la pureza de la religión católica; verde, la esperanza del movimiento insurgente, es decir, la independencia; y rojo, el grupo español adherido al impulso libertador; con una estrella dorada de cinco picos en cada una de ellas. Oficialmente se presentó el 24 de febrero de 1821, siendo considerada como la primera Bandera de México.
Consumada la Independencia, Iturbide decretó el 2 de noviembre de 1821 que la Bandera fuera de los mismos colores, pero con las franjas verticales, en el orden: verde, blanco y rojo, y al centro el águila de perfil, con la corona imperial, las alas caídas y posada sobre un nopal. En 1823, ya derrumbado el Imperio de Iturbide, el Congreso Constituyente decidió quitar la corona al águila y agregó las ramas de encino y laurel, como símbolo de la República.
Posteriormente, se cambió en varias ocasiones la posición del águila; Porfirio Díaz quitó de ella todo emblema que representara a la Monarquía, se colocó de frente, con la serpiente en el pico y parada sobre un nopal, orlando la parte inferior con laureles. Y en 1916, el entonces Presidente Venustiano Carranza, decretó que se le diera su antiguo estilo, de perfil y devorando una serpiente sobre el nopal.
En 1934 se expidió un nuevo decreto que fijó la forma definitiva del Escudo Nacional: se conservó el águila de perfil y se estilizó la forma del plumaje y la forma de la serpiente.
Finalmente, por decreto del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, el 27 de diciembre de 1967, se le dio el aspecto que conserva en la actualidad, además de que se reguló el uso de los símbolos patrios.
Referencia:
101 preguntas de la Independencia de México. Cecilia Pacheco. Grijalbo.
Historiadores de México Siglo XX, Óscar Flores Torres. Trillas.
Simbolismo de la Bandera Nacional de México. José R. González Chávez. UNAM.